sábado, 23 de junio de 2012

Cada mísero detalle de ti

El estúpido modo en el que andas, tu horrenda caligrafía, tu mente enferma y tu mirada inexpresiva. Tu cara que pide a gritos unas horas de sueño más por las mañanas y el modo en el que apenas puedes mantener tus horrendamente cautivantes ojos abiertos cuando se reflejan en tu cara los primeros rayos de sol. La gran sonrisa que esbozas al ver que estoy cerca, aunque no lo reconozcas, y las mil y un historias que cada día me tienes que contar.

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